La P. ha tenido una crisis de angustia y sufre anorexia desde hace unos meses. Volvemos a hablar de lo que ha comido y la ingesta calórica la calcula mejor que yo. Hoy explica que ha bebido y compartido con los amigos bebidas energéticas al salir del instituto, como otros días (¿y la COVID?).
Sí ha mirado cuántas calorías tienen pero también han sacado con 0 azúcares.
Le hago reflexionar sobre el resto de componentes (cafeína, taurina, guaraná, ginseng…), ya que no ha prestado atención. Sí ha notado que le animan, la despiertan, sobre todo si no ha comido, pero no lo relaciona con la crisis de angustia que ha tenido. Le he dicho que miraría literatura actualizada sobre el tema y hablaríamos de ello.
Y ahora estoy haciendo los "deberes".
Por lo que he podido buscar está de moda entre los chicos y chicas de su edad (entre 10 y 18 años): más de la mitad han bebido en el último mes y uno de cada seis lo hacen de forma habitual. ¡Sobre todo toman si van de fiesta o para tratar la resaca! De hecho cuando se asocia al consumo de alcohol existe el peligro de no notar los efectos depresores del alcohol, enmascarándolos.
La bebida energética activa y cuando la consumen al tiempo que el alcohol no son tan conscientes de la ingesta excesiva y pueden llegar a una intoxicación etílica grave más fácilmente. De ahí que haya más riesgo de accidentes de tráfico, conductas de riesgo…
La mitad de quienes las consumen lo hacen para hacer deporte, ya que quieren incrementar su rendimiento. También son diuréticas y por tanto tienen más riesgo de deshidratarse si las toman por hidratarse cuando hacen deporte.
Un cierto desconocimiento puede hacer pensar que bebidas isotónicas y energéticas son equivalentes, y no lo son. En este sentido, la publicidad induce a pensar que son por deportistas, en general y por deportes de riesgo en particular. Estas bebidas patrocinan deportes de motor, danza urbana y también a youtubers que son muy influyentes en estas franjas de edad.
Los anuncios están muy dirigidos a los sentidos. Sobre todo vista y oído, con ídolos musicales, deportistas, de forma que aumente su autoestima y creencia de que es correcto y aconsejable su consumo.
Se han encontrado problemas de salud que pueden ser peligrosos como taquicardia, hipertensión, cefaleas, insomnio y trastornos del comportamiento, exacerbando las enfermedades psiquiátricas. De hecho, los jóvenes que realizan un consumo semanal o diario de estas bebidas tienen más dificultades para seguir el curso académico.
Por todo ello ya puedo decirle a P. y al resto de chicos y chicas que si lo toman, lo hagan con mucha moderación sabiendo cuáles son sus efectos. Y si pueden evitarlas, mejor.
Equipo blog parlem-ne